DAR Y RECIBIR CUMPLIDOS
Una de las
herramientas más prácticas para desarrollar nuestras relaciones sociales es el
uso de los cumplidos. Pero, dar y recibir cumplidos no es tan sencillo como
puede parecer. Debemos enseñar a los niños desde temprana edad, que hay ciertas
normas para dar un cumplido y otro tanto, para recibirlos.
Cuando brindamos
un cumplido debe ser sincero y específico.
Cuando recibimos
un cumplido debemos hacerlos de manera asertiva, pero gentil y sencilla. Aceptando
que la persona que lo brinda está siendo honesta y que apreciamos que se haya
fijado en nuestra acción como merecedora de ser reconocida.
Para ello, es
suficiente con mirar a la persona a los ojos, sonreír y decir un “Muchas
gracias”. También, un cumplido genera la oportunidad de brindar otro a la
persona que lo da.
Nuestros niños,
deben apreciar en un cumplido su propio valor, aceptando que ellos han hecho
algo que merece el elogio de otra persona. De esta manera, estamos
desarrollando en ellos su auto estima, su capacidad para estar conscientes que
su esfuerzo merece ser destacado. Así mismo aprende que un falso sentido de
modestia no es saludable, ni es correcto desconfiar de la veracidad de la
persona que nos elogia.
Finalmente,
recordemos que la persona que ofrece el cumplido, también, se beneficia del
bienestar emocional que este genera. Así que
practiquemos el observar en nuestros semejantes las acciones, características
o aspectos físicos, que ameritan ser reconocidos y hagámoslo verbalmente,
brindando cumplidos sinceros a las personas con quien interactuamos a diarios,
inclusive a los extraños. De esa manera, enseñamos con el ejemplo. Claro está, también
aprendamos a recibirlos con gentileza, sencillez y sin falsas modestias o
descalificando la opinión de la persona que nos elogia.!
Según la autora
Hara Estroff Marano, los cumplidos son como “pequeños regalos de amor” que demuestran
generosidad de espíritu. Así, que demostremos nuestra generosidad cada vez que
reconozcamos una situación o esfuerzo que lo amerite.
